El pájaro y la serpiente

Borja González fue el autor que recibió el pasado 2023 el Premio Nacional del Cómic por su obra “Grito nocturno”, que forma parte de la trilogía de “Las tres noches” junto a “The black holes” y el cómic que reseño hoy. El jurado destacó su capacidad lírica, el surrealismo, fuerza y vitalidad de sus protagonistas femeninas junto a un trabajo gráfico elegante y de exquisita belleza, cualidades sobre las que no cabe discusión porque definen bastante bien el trabajo del artista.

Lo curioso de esta trilogía es que se trata de tres cómics que bien pueden leerse por separado, puesto que la conexión entre ellas es bastante sutil, más bien ambiental o en cierto modo anímica, pero aunque las tres estén protagonizadas por Teresa y Matilde, a nivel argumental no parece existir un hilo común.

En “El pájaro y la serpiente” la trama cambia de ubicación y de siglo (huele un poco al romanticismo de finales del XVIII), encontrándonos en un castillo bastante opresivo que está habitado tan solo por unas mujeres entre las que se encuentran Teresa y Matilde junto a otra hermana y hermano pequeño, su madre y su abuela. al comienzo de la obra Matilde se sumerge en el bosque que rodea al castillo siguiendo una mariposa azul y de este viaje vuelve completamente cambiada, sin pronunciar palabra y oliendo aparentemente a pis (según dice su hermano cada dos por tres). Mientras las mujeres esperan que vuelvan los hombres de cazar para dar comienzo a un rito ancestral por el que Matilde será condenada, Teresa se rebelará contra ese destino.

Como me sucedió con las obras anteriores de la trilogía, al terminar de leer sentí que no había entendido bien lo que quería contar con esta historia, pero sospecho que es algo intencionado, puesto que parece que al autor le gusta dejar muchos vacíos en la narración que ha de completar el lector. También se mantiene, igual que en los cómics anteriores, el lirismo en la narración y el ambiente de estilo terror gótico, utilizando ambas características para evocar cierta angustia existencialista y un aire como de ensoñación siniestra en la que se trata un tema bastante universal como es la lucha contra un destino preestablecido por las convenciones sociales. He de añadir, tras haber ojeado el cómic en la librería, que bien merece ser leído en papel para poder contemplar la calidad de las ilustraciones gracias al formato elegido para el cómic.