Raiders: El túmulo del Gran Khan

Un profesor más
Gareth Baines disfruta dando sus clases de Historia en la universidad de Oxford. Lo que nadie sabe es que tiene un lado oculto, otra vida que le lleva por caminos más oscuros… O más bien peligrosos, ya que el profesor Baines a parte de su trabajo oficial es un cazatesoros en la sombra. Una mujer, Genghis Khan y las ganas de tener razón le llevarán a Asia en un camino donde nada volverá a ser igual.
Sin embargo, nuestra novela de aventuras, con muchos toques de humor, pero no exenta de dramatismo, comienza con otro golpe del profesor Baines. Gracias a esta exposición casi in medias res conocemos a nuestro protagonista, Gareth Baines, huérfano, profesor y aventurero que, acompañado de su fiel amigo y mentor Bobby, ha recorrido el mundo saqueando tesoros en la sombra.
Pero como decíamos, su historia comienza después. El profesor Baines recibirá una propuesta muy interesante, de las manos de una también interesante mujer. Su cometido en esta ocasión será encontrar la tumba de Genghis Khan, lo cual a priori es un imposible histórico. Eso sí, no estará solo, le acompañará un equipo de élite que se asegurará que sigue el camino correcto y que se salva de los peligros del camino.
Aventuras en estado puro
Creo que lo primero que puede llamar la atención del lector al comenzar la novela es el tono desenfadado con el que el autor nos presenta no solo a los personajes, sino también las acciones. Lo primero que vemos de Baines es cómo casi destruye una basílica con tal de encontrar un original de Dante, sin embargo, a medida que avanzamos en la trama vemos que tras este tono se suceden otras cosas que son serias y que determinan mucho la personalidad de nuestro protagonista: deudas, extorsión, traumas y algunos etcéteras más le llevan a lanzarse casi sin pensar a esta nueva empresa. Bueno, sí… también su cabezonería, orgullo y su necesidad imperiosa de llevar razón. Pero esto ya se le presuponía, ¿no?
Es decir, es verdad que nos vamos a encontrar a personajes tipo del género (el que es bueno en la huida, el brazo del grupo, el jovencito, el anciano experimentado, el rico comprador, etc.) quizá hasta con los misterios más o menos típicos (trampas, pistas falsas, etc.), pero, precisamente por ello la novela se disfruta tanto. Sencilla, amena y divertida, lo que pretende el autor, o al menos esta es mi sensación, es que nos dejemos llevar por los imprevistos, los enigmas y disfrutemos de la aventura sin más.
La línea como virtud
En mi caso, la novela me ha entretenido muchísimo y, aunque a veces me ha resultado un pelín predecible, he podido disfrutarla como una enana.
La estructura y el estilo son muy sencillos, los diálogos de los personajes van al grano (bueno excepto Baines, que siempre se lía) y los misterios se resuelven sin mucho mareo para el lector. Además, la trama es lineal, no hay giros en exceso, aunque esto no quiere decir que no haya subtramas interesantes y que prometen para futuras novelas.
Quizá, si tuviera que ponerle un pero es que para poder ambientarnos el autor nos hace descripciones con cierto grado de detalle que en mi caso me han cansado alguna vez, así como algunas idas y venidas, sobre todo en la parte final. No obstante, como siempre, esto es mi opinión y creo que hay muchos lectores que pueden disfrutar de estos líos.
Divertirse es gratis y engancharse más
Como veis y ya he ido diciendo, la novela me ha gustado porque me lo he pasado muy bien tanto con la historia como con sus personajes. El ansia que me queda ahora es que su autor nos siga trayendo historias de este profesor tan peculiar, ya que creo que hay mucho más tras esta primera entrega.
Raiders. El túmulo del Gran Khan es una novela divertida, sencilla y que te da aventuras con todas las cosas que le pedimos al género. Espero que os animéis con ella y la disfrutéis.


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