Con mucha pena llegamos al final de la trilogía, como dice el dicho: “deseando que llegara como agua de mayo”. Pero todo lo positivo tiene su lado negativo y es que cuando terminas te quedas… bueno los lectores como yo conocéis muy bien esa sensación. Volveremos a quedarnos enganchados con nuestra querida Antonia Scott y no podemos parar de leer. Juan Gómez-Jurado se ha superado con el rey blanco. El escritor nos hará pasar por todos los estados, tendremos nuestros momentos irónicos, los de tensión, los de esto no puede estar pasando…. pero así es la esta novela cuando no puedes parar de leerla una vez que empiezas. Y siempre queda la duda ¿Que pensara hacer ahora nuestro querido escritor? ¿Nos sorprenderá con algo más? Solo el tiempo lo dirá.
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