La segunda parte de esta trilogía no me ha enganchado tanto que su predecesora, quizá sea el tema principal de la trama que no sea de mi predilección, aún así, sigue siendo un novelón. La facilidad del autor para crear personajes magnéticos, hace que sientas empatía por ellos, sobre todo, en mi caso por Jon. Un personaje perfectamente construido, mezcla de ternura y fuerza "del norte" y sus diálogos oportunos y con un toque de humor que te hacen sacar una sonrisilla. Sin duda queriendo leer la tercera parte.
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