Vi

Con enorme placer he regresado, después de una largo viaje literario, al universo de Nikolái Gógol. Lo he hecho a través de una pequeña historia que originalmente formaba parte de un libro de cuentos titulado Mírgorod, pero que la editorial Nórdica decidió editar de forma independiente. El nombre de este relato es Vi.

Vi es un cuento de terror inspirado, según nos cuentan, en el folclor ucraniano (aunque hay quienes niegan esta aseveración). Una historia de tres jóvenes seminaristas que emprenden un viaje a casa tras concluir un ciclo escolar en Kiev. Un camino tortuoso en el que deberán pedir asilo y comida. En una de esas paradas para pasar la noche, llegarán a casa de una anciana. Allí comenzarán los horrores, y aquí terminaré mi sinopsis.

Aunque no considero que sea uno de los relatos más destacados del autor, sí hay elementos que son marca de la casa y que se disfrutan muchísimo. El sentido del humor de Gógol está presente incluso en los momentos más turbios de la trama. Las descripciones mordaces que hace de los estudiantes, de las escuelas, de los cosacos, todos esos momentos te sumergen hasta el fondo en ese mundo duro y lleno de penurias, pero lo hacen a través del sarcasmo y la ironía.

Nadie es una blanca palomita en Vi, todos son víctimas de sus circunstancias y actúan en consecuencia. Nuestro héroe (el filósofo) está lejos de esa categoría. Esa es la magia del autor en esta historia, la creación de ese cosmos tragicómico en que todo se mueve.

El horror está presente, desde luego. Criaturas espeluznantes que harán ver su suerte al filósofo, que pondrán a prueba sus conocimientos, sus temores, pero también su picardía y ese sentido de supervivencia adquirido tras su experiencia de vida.

Otro de los aspectos a destacar en esta edición son las ilustraciones de Luis Scafati. Un par de ellas me recordaron los posters de la Hammer Productions; otras son más vanguardistas. Si te gusta lo macabro, échale un vistazo a su obra en internet.

Nikolái Gógol es uno de los escritores con un lugar de honor en mi corazón lector. Su estilo marcó enormemente la dirección de mis gustos literarios y me acercó a otros autores que lograron convertir la lectura en un hábito, en una necesidad y en uno de los placeres más grandes de mi vida.

Vi está lejos de ser la obra cumbre del ucraniano, pero se siente su presencia. La vas a notar cuando, en medio de un pasaje tétrico, te descubras riendo y padeciendo al mismo tiempo la suerte de nuestro pícaro convertido en el objeto del deseo de lo sobrenatural; cuando el origen de un trozo de espejo sea tan hilarante y parezca fuera de lugar, pero sirva para que el filósofo se mire las canas producidas por el espanto, en esos detalles, allí es precisamente donde vas a percibir la grandeza de este genial escritor.

Hasta la siguiente lectura.