El texto encuentra un cuerpo

¿El colmo de un lector? Disfrutar leyendo como otros leen y disfrutan.
¿El colmo de la lectura? Leer un libro de la lista de pendientes que aumenta al leerlo la lista de pendientes.
Fuera bromas, entrar en la biblioteca de Margo Glantz es salir cargada con una torre de libros. Me ha costado avanzar en la lectura de esta recopilación de ensayos sobre libros, porque en cada capítulo revisaba en mi frágil memoria lectora si el libro comentado lo había leído o directamente me levantaba para buscarlo en mi librería, lo acariciaba y releía algún trozo: Jane Austen, Henry Miller, Virginia Woolf, Emma Bovary, Las mil y una noches… Coincido con ella en muchas lecturas y sobre todo en las que “el texto encuentra un cuerpo”: las lecturas que más me han tocado son las que han atravesado mi cuerpo.
En la introducción Margo insiste en que la suya es una mirada “fragmentaria, femenina” y los últimos párrafos del ensayo final explica la anécdota de una conocida fotógrafa japonesa que retrata objetos personales en el museo de Frida Kahlo intentando captar la esencia de la pintora. Mientras ella fotografía es fotografiada por un grupo de turistas japoneses. Margo en este libro intenta captar la esencia de sus lecturas y yo, como el grupo de japoneses, intento captar la esencia de mis lecturas en sus lecturas.