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Una historia muy dura, que muestra sin concesiones la realidad de muchas niñas y mujeres coreanas, convertidas a la fuerza o por engaños en las llamadas “mujeres de consuelo” del ejército japonés durante la guerra contra China. Vamos a seguir los pasos de Lee Ok-Sun, nacida en una familia pobre coreana, entregada en adopción y vuelta a entregar hasta acabar siendo secuestrada y convertida en esclava se*ua1. La novela no esconde los hechos ni los edulcora, aunque tampoco ofrece una visión patética o paternalista. Tan solo nos los presenta, nos cuenta la vida de una superviviente, su sufrimiento, su miedo, su rabia, su lucha años después porque todo aquello se conozca y se ofrezca a esas mujeres la reparación que merecen. No es una lectura fácil, ni bonita ni cómoda. Sacude, duele. Pero es una lectura necesaria. Nos enfrenta a esa parte tan oscura del ser humano, capaz de ver a otros y especialmente a las mujeres, no ya como inferiores, sino como objetos, como botines de guerra, como medios para la satisfacción de los propios deseos. El dibujo es ideal para la historia, trazos negros, profundos, bastos en ocasiones, gruesos, que reflejan miedo, soledad y angustia. |