Hierba

Doloroso, cruel, inolvidable. Todo eso se puede aplicar a esta historia en la que los horrores de la guerra forman parte del primer plano. Pero no abarca solo eso, también nos habla de la vida en zonas pobres rurales en Corea, de lo que se esperaba de las niñas y las jóvenes a inicios del siglo pasado y la manera en la que eso condiciona sus vidas.

No es un relato para todo el mundo ya que el testimonio es crudo y muchas de sus escenas también. El dibujo no busca el preciosismo sino la realidad y el negro va tomando protagonismo en los momentos más estrenecedores del relato. La narración no es totalmente lineal pero tampoco lo necesita para saber que el sufrimiento era constante.

Pese a que quieres saber cómo logran sobrevivir a todo lo que les sucede, reconozco que he tenido que pausar la lectura en muchos momentos para digerir lo que había leído y visto. El hecho de presentarlo de manera gráfica hace que conectes más con la protagonista pero también causa que la lectura sea más visceral, pese a que algunos momentos demasiado explícitos se narran pero no se muestran.

Poner voces a las tragedias ayuda a reivindicar a las víctimas y por eso, esta pseudobiografía, da voz y reconocimiento a la explotación sexual y al dolor femenino de las "mujeres de confort".

Colibrí.