Facendera

Si cuando era pequeño me hubiesen avisado de todo el daño que me iban a hacer a lo largo de mi vida las personas a las que quiero, me lo habría creído. Pero si por aquel entonces me hubiesen advertido de todo el dolor que iba a causarles yo a esas mismas personas, eso me habría parecido imposible. Toda la vida oyendo a mis padres decir que en la vida se sufría mucho, pero nadie me explicó que se hace sufrir a los demás más de lo que sufre uno mismo.

Pero las mentira que nos contamos a nosotros mismos tienen las patas muy cortas, los brazos muy largos, las manos muy suaves y son muy sobonas.