Segunda entrega de la trilogía de la Ciudad blanca, ahora nos toca Los ritos del agua. La primera entrega me fascinó, me pareció tan original esa mezcla de historia, pasado y presente, la intriga, el suspenso.... Pero ahora ya no sorprende tanto, y Eva García Sáenz de Urturi emplea los mismo códigos y ya no me parecen tan efectivos. La historia sigue bien pegadita al final de El silencio de la ciudad blanca y junto al drama del asesino, asistimos al drama privado de los personajes. Kraken es El tipo con más mala suerte del mundo y toda su experiencia en profiling se va al garete una vez más. El libro cumple con todos los códigos de un buen thriller, y entretiene.
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