Cupido, tenemos que hablar

Es una historia que te atrapa desde el principio. Comienza con nuestra protagonista, Valeria, en su fiesta de compromiso, destapando delante de la familia de su "prometido" que la ha estado engañando. Esta parte es simplemente me ha encantado, y las amigas de Valeria, siendo las buenas amigas que son, la ayudan a escapar y la obligan a salir de fiesta para olvidar el mal rato. En un giro de los acontecimientos, Valeria termina pasándoselo bien y conoce a Cupido.

Una noche de fiesta para olvidar los males, de la mano de sus buenas amigas Nerea y Julia, risas, alcohol y Cupido... ¿Qué puede salir mal? Bueno, pues... un regalo inesperado hará que nuestros protagonistas tengan que volver a recuperar el contacto porque Valeria tiene que contarle algo que incumbe a Cupido. Un tema delicado que Valeria no sabe qué decisión tomar y, como es normal, intenta avisar a Cupido.

Los personajes están muy bien desarrollados y los diálogos y situaciones son de lo más graciosos. Me he estado riendo desde el principio y las amigas de Valeria son todo lo que todas necesitamos. Julia y Nerea, las amigas perfectas (perfectamente locas), están para nuestra protagonista cuando todo le va bien y, sobre todo, cuando su mundo se pone patas arriba.

Pero el destino, las obligaciones y el status de cada uno no les pondrán nada fácil a nuestros protagonistas para encontrar la libertad de vivir su relación. Es una historia de amor muy tierna con humor, chantajes y un poco de drama. He reído, me he emocionado y me he cabreado a partes iguales, una montaña rusa de emociones. Contada en primera persona, ha conseguido que empatice más con los protagonistas. Y Nerea, puedo decir que es mi personaje favorito, es mi ídola .

En resumen, "Cupido, tenemos que hablar" es una lectura que te hará reír, llorar y enfadarte, todo al mismo tiempo. Una verdadera montaña rusa de emociones que no te dejará indiferente.