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Val ha seguido con su vida a pesar de que su primer amor le haya roto el corazón en mil pedazos. Ahora está a punto de casarse, aunque todavía hay un tema que tiene que resolver. Lo que ella no espera es que Adam vuelva a su vida y no esté dispuesto a rendirse. Un diario como confidente, un destino acechando y unos amigos y familia que no siempre lo van a poner fácil. El pasado, el presente y el futuro unidos con un mismo propósito. ¿Tendrán un final feliz? Esta novela lleva una carga emocional intensa, una que se va formando desde el comienzo y que cuando llegas al final ya no puedes contener. Porque el epílogo es de los que te deja un nudo en el estómago, los pelos de punta y los ojos infundados de lágrimas. Adam es puro sentimiento, de esas personas que lo viven todo con intensidad, que no se rinden ante nada y que a la vez un fuerte golpe puede desestabilizar todo su mundo. Y no es fácil lidiar con el castillo de naipes hecho añicos. Val, en cambio, es luchadora, aunque ella no lo sepa, de las que tiran hacia delante contra cualquier cosa a pesar de saber en su interior que no es el mejor camino a seguir. Los personajes secundarios no tienen desperdicio, amores refugiados entre discusiones o indiferencia. Una familia que sabe más por lo que calla que por lo que cuenta. Y un amor puro, del de verdad, del que resiste ante el tiempo y la distancia y que es cuando está destinado a ser. Yanira siempre consigue llegar al corazón y desde luego en esta ocasión no iba a ser de otra manera. No te puedes perder esta novela. |
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