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Voy a aclarar ya desde el principio que se pueden leer de forma independiente. Por supuesto si se leen en orden vamos a conocer a algunos personajes mejor, como es el caso del inspector Requesens y su compañero Cristóbal, pero no creo que cause mucha perdida si no se hace, ya que como he dicho yo el primero de todos no lo he leído aun. El cadáver de un hombre aparece tirado en el suelo, desnudo y bocabajo en la plaza, además en su espalda de ven dos alas dibujadas, por lo que la gente empieza a pensar que es un ángel. Se trata de Gabriel Martin, un joven sacerdote. El encargado de resolver este caso no es otro si no que nuestro querido inspector Ignasi Requesens, el cual se ganó buena fama después de resolver de esa forma tan eficiente los casos de la Condesa de Cardona y el de Elsie Thornton. Es una novela de misterio pero con toques históricos, además de incluir un poco de religiosos, pero no os asustéis por esto, ya que tan solo muestra el comportamiento de la gente cuando tiene una fe desmesurada en algo, cuando las cosas están mal y necesitan decantarse por esta para poder tener un poco de esperanza. El autor ha descrito una Barcelona convulsa, perdida tras los sucesos ocurridos en la Semana Trágica, donde la gente necesita ver milagros en cualquier sitio, sean o no reales estos, necesitan creer que si. La narración de la novela es ágil, pero la cantidad de personajes que hay hace que cueste un poco seguir bien la trama pues, al menos yo, me iba perdiendo un par de veces al intentar recordar quien era cada uno. Y en comparación a su anterior entrega, el ritmo es bastante lento. Y el final.. Bueno, fue un giro que no me esperaba mucho, pero que tampoco me sorprendió tanto. Esto más probablemente por el desencanto general que tenía por el libro que por el final en si, creo yo. Como podéis observar, no es un libro que realmente haya disfrutado demasiado, me esperaba bastante más después de Muerte en el laberinto, pero tampoco considero que sea una lectura que me hubiese sobrado, ya que es un final a la trilogía que sí o sí necesitaba leer. |
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