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Tengo que decir, pues es de justicia, que las anteriores entregas de esta saga me han encantado. Crimen del Liceo, Barcelona 1909 (2020), novela que inicia la saga protagonizada por el inspector Requesens, seguida de Muerte en el laberinto (2021) y su última novela La ciudad y el perdón (2022), de la que trata la reseña de hoy. Resumen: El cadáver de un hombre reposa bocabajo y desnudo en la Plaza Nueva. Sobre su espalda se ven dibujados unos extraños dibujos en forma de alas. ¿Será un ángel? Se trata del joven sacerdote Gabriel Martín. El encargado de resolver este nuevo crimen en la convulsa ciudad de Barcelona de 1909 es el inspector Ignasi Requesens. Con un comienzo fuerte. Memorable. Su última novela pone desde el principio las expectativas altas a un lector acostumbrado a la elegante y fina prosa de Fernando García Ballesteros. Lo primero que observé fue que Fernando había madurado como escritor. Aunque en las anteriores entregas se puede notar la calidad de su estilo narrativo en esta novela se aprecia el crecimiento personal como escritor de novela negra. Las novelas de Fernando García Ballesteros siempre tienen el peculiar aroma del pasado. de nuevo el autor nos lleva al contexto histórico de la agitada Barcelona de 1909, con un ambiente enrarecido y tenso por todo lo acontecido en el mes de julio en la Semana Trágica y su ingrediente anticlerical con la quema de iglesias, asaltos y profanaciones y el posterior reclutamiento de soldados de las clases más humildes de la sociedad en la guerra de Marruecos. En este ambiente de máxima exaltación el autor sitúa la aparición de un cadáver en la Plaza Nueva, un joven sacerdote con señales en la espalda que mostraban una especie de alas. Requesens, que había adquirido cierta notoriedad dentro del cuerpo de policía, pues había resuelto varios casos importantes se hace cargo de esclarecer la muerte de Gabriel Martín junto con su joven ayudante, Cristóbal, con el que comparte los nuevos métodos policiales. Estas nuevas y novedosas técnicas en el departamento de policías aún eran recibidas con cierto recelo por parte de policías de la vieja escuela. Los capítulos se acortan para dar mayor ritmo a la lectura. El narrador de manera omnisciente se dispone a que sigamos las conjeturas de la investigación policial para llegar a los hechos probados. A pesar de que en esta ocasión la investigación del asesinato de un ángel sea una ocupación mucho mayor que la que ha podido tener el inspector Ignasi Requesens en anteriores ocasiones, se muestra pragmático y con un argumento convincente para la mentalidad de un hombre práctico. La prosa tiene fuerza e inteligencia y la ambientación, como os comentada, es mucho más profunda, queriendo ahondar en la sociedad de una Barcelona de principios del siglo XX, aún pequeña y revuelta en la que existían estratos de la sociedad inmersos en la pobreza, en la que los niños sufrían la peor parte siendo los pequeños desheredados de una sociedad en pleno crecimiento. Por último, y como no podía ser de otra manera, las piezas poco a poco van encajando en este extraño puzle. No podemos olvidar que se trata de una novela de ir atando cabos y por lo tanto de desentrañar las vicisitudes de una investigación policial que sorprende con un giro final totalmente inesperado. Impresiones: Entré con facilidad en esta historia. Mientras leía empecé a sentir una especie de familiaridad con el entorno, con la situación política, con algunos de los personajes, y me sentí aliviada al saber que mi encuentro con Ignasi Requesens había sido como el que me había imaginado. No pudo evitar seguir sintiendo cierta afición por la vida de algunos personajes, como en el caso del veterano inspector de policía, hombre inteligente, íntegro y honesto aunque hermético y distante, sin llegar a mostrar sus deseos, sus necesidades, el amor o el sufrimiento como si el autor quisiera proteger a Ignasi Requesens del mismo lector. Enlace: https://www.yoleonovela.com/.. |
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