Con tal de verte volar

Recuerdo que este libro llegó a mis manos en un momento no del todo bueno, en una despedida de estas que te cuestan más de lo que muestras porque has querido tanto que casi parece imposible que te deje tan vacía.

Según leía, me recomponía pensar, que a veces es solo cuestión de motivos y puzzles que buscan las piezas que no tienen y que si fuerzas una para que encaje donde no va, se parte.

Me pareció un libro muy curativo que guardé en la estantería volviendo a él cada vez que me sentía poco buscando sentirme grande.

Más adelante, con una racha buena, volví a ir, y sin querer, acabé marcando las frases que no marqué en la despedida, porque ahora, me llenaban otras muy distintas, con más luz.

Ahí me di cuenta de tres cosas, una, que la vida son momentos y aunque suene típico, es fácil sentirse arriba y abajo a menudo. La segunda, la facilidad pasmosa y aveces un tanto abrupta de comparar la vida con una poesía. Y la tercera, que si una persona desconocida a kilómetros de ti, es capaz solo con palabras de plasmar tu vida, en unos versos, es ahí.

Y desde entonces leo mucha más poesía, me siento parte de ella y la observo en mi cabeza tratando de entender cual fue la musa que incentivó cada poema. Con todos, salvo con este libro, porque aquí me siento en casa.

Porque la sencillez de las letras, te da la certeza de que esas emociones descritas, no son solo palabras, son realidades.

Lo recomiendo a todo el mundo.