Cero negativo

❗VILMA, ABRE LA PUERTA❗-grita Pedro Picapiedra, antes de que ésta se abra y Dino se le eché encima.

❓Recuerdas esta escena, ¿verdad? Pues así más o menos me he sentido al leer esta historia.

📖Supongo que te pasará igual que a mí; me refiero a que tengo tantos pendientes que he empezado a mirarlos de soslayo, no sea que se amotinen y se pongan en huelga. Así que cada vez que veía una reseña de este libro, saltaba yo con la consabida coletilla: "Lo tengo en pendientes y con muchas ganas de leerlo". ¿Qué otra cosa podía decir? Era la verdad. Pero también lo era que cada vez le tenía más ganas. Así que, ¿por qué mantenerlo en mis pendientes, cuando podía leerlo?

📚De manera que saqué el libro de mis estanterías, me senté todo lo cómoda que pude, abrí el libro y empecé a leer. Y seguí leyendo y leyendo y leyendo hasta que, sin darme cuenta, me había convertido en Pedro Picapiedra justo en el instante en que Dino se le echa encima. 

⛔Y es que no lo vi venir, de ninguna de las maneras... Y no lo digo porque en algún momento de la historia, a uno de los protagonistas le haya dado por ponerse juguetón y lamer a alguien, sino porque era como si la historia hubiera estado aporreando insistentemente a mi puerta y yo la hubiera mantenido cerrada hasta que le permití mostrarme una realidad que muchos preferimos ignorar.

❤️No te voy a engañar, la historia es preciosa! de esas que se quedan contigo una vez cierras el libro, pero también dura. O más que dura, diría que te hace darte cuenta de lo que puede romper a las personas ciertos comportamientos y el sentimiento de culpa. Pero como nos recuerda la autora en la sinopsis: "A veces, lo único que puede salvarnos de nuestros mayores miedos es compartirlos con los demás".