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Aunque el tono juvenil esté muy presente, para mí ha sido una viaje fascinante, lleno de aventuras, fantasía, personajes sobrenaturales únicos, y una imaginación desbordante. Me ha parecido una especie de giro de tuerca a lo bestia de una Alicia en el país de las maravillas dando un resultado final de la historia mil veces mejor. Lo más destacable es que en todo momento la autora describe con suma facilidad y soltura la ambientación, haciendo que sientas y vivas cada lugar que recorren los protagonistas y cada ser con los que se cruzan, como si fueras tú mismo. Es muy visual la novela. El giro de trama, aunque ciertamente predecible (lo venia venir desde casi la mitad del libro) me ha gustado mucho, y la resolución de ese mismo conflicto también me ha parecido muy acorde, sin demasiadas complicaciones y siguiendo esa línea juvenil. Las últimas pinceladas para cerrar la historia han sido un momento muy tierno entre los protas y para mi gusto ha sido la guinda perfecta para culminar la novela. Sin duda me ha sorprendido y me ha dado mucho más de lo que esperaba siendo una novela juvenil; que por norma general se me suelen quedar algo sosas y planas.
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