La princesa de invierno

Este libro ha sido mi segundo contacto con la autora, con la que tuve una mala experiencia en el pasado. Pero una vez leído, creo que me he reconciliado con ella de una forma muy bonita.

En esta historia nos encontramos con una narración en primera persona y presente, mi favorita. Contamos, también, con tres tramas diferenciadas y seis narradores.

Mi trama favorita, sin duda, ha sido la del torneo. Me encantan los libros con pruebas (ACOTAR, TOG, Nuncanoche, HP4) y aquí hay. El problema que he visto es la falta de desarrollo en unas ideas muy buenas. Aun así, he disfrutado de ellas.

Pese a que el wourbuilding está muy trabajado, he sentido que me faltaba información del pasado, de la Historia de los cinco reinos. ¿Cómo llegó Elara al poder? Porque en este universo no es hereditario, sino que te lo tienes que ganar. ¿Qué le pasó a una de las madres de Elara? ¿Y a Hela, antigua reina de Runáh?

Desgraciadamente, nos encontramos frente a un slow burn entre los protagonistas que no se termina de resolver en ningún momento. Hay pocas interacciones entre Elara y Soren. Me he quedado con ganas de más momentos divertidos y románticos.

El plot twist (si lo he entendido bien) no me lo esperaba, a diferencia de otras lectoras que se quejan de predecible. Pero me parece que se podría haber expuesto de otra manera, algo un poco más contundente, con el peso y la importancia que merece algo así.

La recta final, el último 20%, me ha costado un poco. Lo he sentido lento y un poco repetitivo. A estas alturas la acción está en su punto álgido y algunos capítulos (y narradores) me han aburrido.

Pero toda mi atención la ha recuperado El epílogo. Me ha dejado con una cara de tonta impresionante.

¡Ah! Y no puedo acabar esta reseña sin mencionar a un personaje secundario que espero y deseo que sea narrador en la segunda parte de la bilogía.

Puedo decir que esta segunda oportunidad que le he dado a Paula Gallego ha salido muy bien. Creo que me voy a quedar en el lado de sus novelas de fantasía en lugar de las románticas.