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Como ya adelanta la sinopsis de este libro, la historia está narrada a tres voces: Rox, Xein y Axlin, cuyos caminos comienzan separados, pero poco a poco sus descubrimientos los van acercando cada vez más a la única verdad. Debido a que cada capítulo se centra en uno de ellos, al principio el ritmo es un poco lento porque constantemente estamos cambiando entre la Ciudadela, la Última Frontera y el Oeste, pero esa sensación de lentitud no dura mucho tiempo. A partir de ahí es imposible parar de leer. Axlin es una excelente protagonista, me atrevo a decir que una de mis favoritas de esta autora, y a la que recordaré con mucho cariño. Me alegra que la relación romántica entre Axlin y Xein no haya sido el tema central del libro, sino que se ha mostrado en su justa medida. Confieso que en el final estuve acongojada cuando vi que estaban distanciados, incluso me habría gustado ver más escenas de ellos dos juntos. Por fin conocemos el origen de los monstruos, de la Ciudadela y las personas que estuvieron involucradas en ello. Sinceramente, la explicación del origen de los monstruos no me ha convencido, pero tampoco voy a ponerme quisquillosa porque la historia engancha sin lugar a dudas. Página a página veremos cómo elementos que parecían no tener importancia, se van enlazando para mostrar una trama compleja y bien elaborada. Aunque la autora ha escrito la trilogía del tirón, me parece extraño que no incluyera desde el principio nada sobre el Santuario del Manantial. ¿Por qué dejar los misterios más gordos en el segundo y tercer volumen? ¿Por qué no ir dejando miguitas de pan ya en El bestiario de Axlin?. Aunque se resuelven todas las dudas que se plantearon desde el primer libro, dándole un buen cierre a la trilogía de Los Guardianes de la Ciudadela, me habría gustado que nos explicara más sobre el Manantial. Ha sido uno de esos libros que no imaginas cómo va a terminar y, para tener 700 páginas, el final me pareció un poco rápido. Creo que ningún lector protestaría si hubiese añadido algunos capítulos para desarrollar el desenlace con más detalle. Además, aparecen personajes de última hora que eran totalmente prescindibles, sólo por hacer la gracia de que fueran 8 Guardianes emulando a los 8 Fundadores. Teniendo a Axlin, Xein, Rox y Yarlax, no hace falta nadie más para completar la misión. Me da rabia que, siendo una escritora tan meticulosa, caiga en este tipo de chiquilladas que deslucen su trabajo. En cuanto a la edición del libro, tal y como vemos en el final con la carta de Dex, me habría gustado que los flashbacks de Ruxur también tuvieran un tamaño de letra diferente. Siendo toda la historia en el presente, me pareció confuso cuando de repente entramos en un recuerdo del pasado. Algo tan sencillo como cambiar la tipografía habría bastado. ¡Ha sido una de las mejores lecturas del año! Hacía mucho tiempo que necesitaba regresar con esta autora y no ha podido dejar el listón más alto. ¡Sin duda es una de mis trilogías favoritas! ¡Ah! Y soy fan del guiño a Memorias de Idhún al principio de la página 167! Saludos ;) |
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