Acabé este libro hace dos horas y aún asoman lágrimas a mis ojos. No sé qué lectura afrontar ahora después de acabar algo que me ha impactado tanto. Es un libro precioso, lleno de amor y de belleza en su descripción de lo que era el bello país que se describe antes de la guerra. Lleno también de las sensaciones de la protagonista, de sus percepciones táctiles, auditivas y en particular esa maravillosa manera de transmitirnos los olores. Pero a pesar de esa belleza, el libro es muy duro, mucho. Bello y vergonzante. Siento vergüenza ajena y propia. Vergüenza por tema de los refugiados...De los campos y de que la mayoría hayamos asimilado que cuando pasan las penurias que pasan e incluso en algunos casos pierden la vida tratando de pasar a otros países, ya son una cifra más. Vergüenza de que un padre de gracias de que su hija sea ciega y sea capaz de vivir en el mundo que él le construye en lugar de ver los horrores de la guerra. |