Neil Gaiman comprende como nadie lo que es una mitología y puede permitirse el lujo de crear una. Dioses antiguos contra dioses nuevos surgidos de una nueva sociedad, una reflexión en forma de relato con muchas formas (fantástica, de terror, negra, costumbrista...) que nos hace pensar si lo divino es creado por las ganas de creer en algo que tenga la humanidad. Una vez dicho esto la novela tiene sus momentos más densos y sus momentos más ligeros. Uno podría pensar si el autor no ha querido convertir al lector en una especie de chamán, que unas veces ve con total claridad un hecho y otras veces asiste a un delirio casi lisérgico. Sea como sea se trata de una novela muy recomendable y que, tras su lectura, uno puede comprender que se haya convertido en un clásico moderno. |