Me pregunto hasta dónde se remonta la idea de que las mujeres solo matan por pura misericordia; si es fruto de los medios de comunicación que nos mantienen dentro del papel de ama de casa abnegada, no vaya a ser que se descubra que de vez en cuando tenemos ideas un tanto mezquinas y se nos desmonte el chiringuito. Tenemos que hacer café, zumo y tostadas para el desayuno, llevar a los niños al colegio, hacer la compra, poner lavadoras. Dime tú en qué momento hacemos un hueco para quitar del medio a los que nos estorban. Nos presuponen lacias, sumisas, temerosas y hasta cortas de inteligencia. Si ya eran ellos los encargados de cazar mamuts, cómo no van a serlo también de reestablecer la armonía de nuestro mundo eliminando las piezas que no encajan. No te muevas, nena, yo me encargo. Y luego te encuentras con Dorothy, la mujer que encarna todo lo que te dijeron que no se podía ser. Y te cuenta su historia. Que es ficción, sí, lo sabemos todos. Pero te hace preguntarte cuántas mujeres habrá por ahí, cenando en restaurantes caros, metiéndole mano a un señoro por debajo de la mesa mientras piensa que es tan mono, pero taaaaaan mono, que se lo comería. |