La pata de oca

'La Pata de Oca' fue finalista del Premio Amazon en 2020, y por eso al empezar a leer el libro tuve las expectativas bastante altas. Pero os puedo confirmar que no me ha defraudado para nada. La historia de Lorena, Nacho, y los demás peregrinos que van apareciendo a lo largo de El Camino, esta muy bien escrita. Se nota que la autora se documento muy bien, ya que ha conseguido describir a la perfección los lugares y las curiosidades que aparecen a lo largo del libro. Se nota que no solo le dedico las horas a estudiarlo e investigar todo, si no que ella misma ha vivido la misma ruta que nuestros personajes. Paso a paso, pueblo a pueblo.

Si leéis la sinopsis, sabéis que en el libro conocemos a muchas personas, pero principalmente seguimos los caminos de Lorena, una joven de 25 años, recién despedida de su primer (e único) trabajo en Madrid. Decide dejarlo todo atrás, para aventurarse en El Camino, y así pasar un mes intentando averiguar que hacer con su vida al llegar a Santiago (su casa, ya que su familia vive en un pueblo de al lado); y Nacho, un hombre casado, con dos hijas, que no esta a gusto con su matrimonio, y que decide emprender El Camino en vez de irse de vacaciones a la playa con su familia como todos los años.

Me ha gustado ver la evolución de estos dos personajes y conocer a través de ellos a ese gran elenco de secundarios que los rodea, ya que cada uno les aporta alguna lección diferente, y tienen su propia historia. Si que es verdad que aunque estaban bien definidos, me ha costado mucho conectar con Lorena y Nacho. No se si es porque algunas, o muchas, de las decisiones que tomaban no me parecieron las correctas, o porque simplemente me cayeron mal en algunos momentos del libro. Sin embargo, los personajes secundarios son todos increíbles, especialmente Nerea y Sebas, y son piezas claves para la lectura.

Mi marido y yo habíamos hecho el camino, desde la primera etapa de Galicia (O Cebreiro), en octubre 2015. Tengo que decir que fueron unas vacaciones maravillosas. Aprendimos mucho de nosotros como pareja, como individuos, y de las limitaciones de nuestro cuerpo. Aunque habíamos vivido personalmente parte de El Camino, este libro me ha dado ganas de volver a hacerlo, especialmente después de leer las descripciones tan claras y graficas de los pueblos por los que pasaban los peregrinos, y las curiosidades sobre El Camino que van aprendiendo al paso que se van acercando a Santiago de Compostela. La autora ha conseguido transportarme y hacerme disfrutar del viaje (sin sus correspondientes dolores corporales y ampollas). Gracias a su forma de escribir y detallar todo tan bien, me he sentido como un personaje mas.