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En esta reseña pertenece al segundo libro de la trilogía Leyendas del bosque, la cual se puede leer de forma independiente. En mi caso ha sido lo primero que leo de ella y ya os digo que no he echado en falta ningún elemento antecesor que pudiera aparecer en el primer libro, aunque el lugar y ambiente son los mismos, se trata historias distintas. Si su contacto fue un regalo, más he desgustado su prosa, que se desmenuza con fortunio, de calidad, de literatura de hadas y fantasía épica young adult, con una atmósfera oscura, pero dulce y delicada. La Orden de los Guardianes se fundó hace unos 500 años con la idea de proteger a los pueblos de alrededor de la montaña donde se sitúa el castillo de los dioses alados de Ácatar, después de la gran guerra y catástrofe que desataron ante la sed de almas humanas, envolviendo el mundo por aquel horrendo humo negro ceniza que se hizo con la vida de miles de sus habitantes. Con ella, se crea en Herta la universidad para preparar a todos los jóvenes que a partir de 15 años quieran convertirse en soldados cualificados para subir al reino y resguardarlo, hasta el despertar del monstruo heredero de estos seres sobrenaturales que se encuentra en una de las torres del palacio que sobrevivió al derrumbe. Una leyenda popular que parece haber sido tergiversada por los ciudadanos más primitivos. ¿Te atreves a descubrir la verdad? El inicio del libro me pareció crucial, de los mejores que he leído en mucho tiempo de este género, la autora crea un boceto de misterios que desde el primer instante te atrapa para interesarte por esta aventura. La organización de capítulos también me parece súper original, se lee en un abrir y cerrar de ojos, además de la escritura tan fluida. Más que una novela, le encuentro perfil de cuento de magia juvenil que encierra su moraleja: cómo el sistema de poder legaliza sus propios discursos para que a ojos de todos, de la sociedad, del pueblo, sean bien vistos, aunque la verdad de lo que se defiende sea una atrocidad. Tenemos evolución en todos los personajes, dan un cambio espectacular, de luchar en bandos enemigos a ir todos a una, esa metamorfosis de comprender lo que está pasando al verlo ellos por su propio pie y la aceptación de sus errores, exceptuando a los archimegamalvados reyes antiguos. Sin embargo, hay 2 detalles cuando se acerca el final, con los que me faltó un algo, respecto a Mia y cierto personaje familiar de la princesa Alliezih, y es que de repente se nos viene el desenlace resuelto y con toda la belleza con la que escribe Leslie, me hubiera gustado que hubiera engranado mejor lo que escondían. Entiendo que quiso dar una sorpresa al lector, un giro inesperado, pero siento que aquí es donde estaba el desglose máximo de acción, y se me cayó un poquito. Admiro a sus protagonistas y ese amor a primera vista con sólo un cruce de miradas, aunque fue gracioso ver que ni fueron conscientes de lo que sentían hasta más avanzada la historia. |
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