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Leer es algo curioso. Vas pasando páginas, la historia se desarrolla, te engancha, o no, piensas en otra cosa, en la cena, lees un poco más, te distraes con el móvil, acabas, escribes una reseña... la mayoría de novelas dejan poco poso, para qué engañarse... Pero a veces, solo a veces, uno se topa con libros que hacen que todo se detenga. En algún pasaje te das cuenta de que las palabras, los hechos que se suceden, son tan acertados, tan reales, que no puedes sino sonreír (o reir) cuando el nivel de genialidad llega a cotas que solo puedes envidiar. Jonathan Franzen se ha confirmado como uno de mis autores de cabecera con esta novela, "Las correcciones", con la que obtuvo el National Book Award y fue finalista de los premios Pulitzer y Pen/Faulkner, además de vender 4 millones de ejemplares. Qué placer cuando un libro de esta categoría tiene el éxito que merece. La novela elabora un retrato de una familia norteamericana tipo en la última década del siglo XX, los Lambert. Todos y cada uno de sus miembros, arrastran sus propios demonios y contradicciones, los hijos han huido para emprender sus propias vidas (o intentarlo), y es la enfermedad del padre, Alfred, ingeniero de ferrocarril jubilado, la que acaba de desgarrar el delicado equilibrio en que viven. Hurgar en la trama sería hacer un flaco favor al futuro lector. Es un libro tan humano... con personajes egoístas, sin empatía, frustrados y ansiando una felicidad que ellos mismos se niegan. No sabría decir cuál es mi personaje preferido, pero los pasajes de Gary, y la evolución de Denise, me parecieron sublimes. La escena de Chip castigado sin levantarse hasta que se acabe la cena... inolvidable. No me queda más que recomendarlo, una y mil veces. |
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