El último verano de Silvia Blanch

Un año después de la desaparición de Silvia Blanch, Alex es enviada por su jefe, en condición de periodista a Montseny, un pueblo de casas de piedras, de atardeceres preciosos, rodeado de bosques y que guarda más de un secreto. Su objetivo es hacer un artículo en el aniversario de la desaparición, que en su momento constituyó un evento mediático, pero con el tiempo la atención de los medios fue decayendo, paralelo al cierre del caso por falta de pruebas y de una buena pista a seguir. Alex se encuentra con una familia destrozada por la pérdida, por la necesidad de un cierre. Con unos vecinos hostiles y la sensación de que no es bienvenida allí donde no la han llamado.
En el fin de semana que Alex dedica hacer su trabajo se obsesiona con la personalidad de Silvia y con el misterio, no solo que rodea su desaparición, también su corta vida. al conocer, quien en su momento fue el principal sospechoso, Jan un hombre complicado, con más de una cicatriz, Alex pierde parte del norte...
La novela es narrada a varias voces, los personajes van tomando la pluma en cada capítulo y nos cuentas su historia.
A mi, que me gusta el subgénero rural noir, desde el principio me enganchó. de fácil lectura, capítulos cortos, Lorena Franco sabe contar una historia.
Personajes empáticos, cuyas vidas las ha modelado los estigmas, los miedos, los errores cometidos y en consecuencia actúan, unos porque han decidido seguir la corriente y ver a donde los lleva, otros porque decidieron tomar la riendas...