El último verano de Silvia Blanch

Lo que parecía que iba a ser una novela repleta de incógnitas y bien construida ha resultado ser, sin ánimo de ofender, una especie de culebrón con ciertos matices de thriller.

Los personajes no pueden ser más planos, de hecho, la protagonista y la desaparecida prácticamente parecen la misma persona. El desarrollo del personaje principal, que es la periodista, es cuanto menos desalentador; por alguna extraña razón y sin antecedentes previos, todo el mundo gira alrededor de su órbita amorosa.

He tenido la sensación de que hay muchos acontecimientos y partes de la narración que parecen estar improvisados sobre la marcha, es decir, aparecen en la historia repentinamente elementos que desentonan con lo relatado hasta el momento o que son innecesarios.

Para ser sincera, daba la sensación de estar ante una película de esas de fin de semana de antena 3.

Lo único positivo que encuentro en este libro es la agilidad con la que se lee, pues sus capítulos son cortos y poco densos.

En definitiva, si buscas un buen thriller este no es tu libro, pero si lo que quieres es una especie de novela medio romántica camuflada bajo la etiqueta de misterio en la que tus neuronas no tengan que ejercitarse esta es tu lectura.