El coleccionista

Estoy harta de ser joven. Inexperta.
Lista en reconocimientos pero no en vivencias.

Me sentía irreal, como si fuera una obra de teatro y no fuera capaz de recordar a quien estaba representando.

Es la lentitud con que pasa el tiempo. Juraría que todos los relojes del mundo van siglos más despacio desde que estoy aquí.

Amo la honestidad, la libertad y la generosidad. Amo la creación, la capacidad de hacer cosas, amo la vida a tope, amo todo lo que no signifique quedarme sentada observando e imitando con un peso muerto en el corazón.

Me aclaro la garganta para demostrarme a mi misma que todo es de lo más normal. Es como la niña japonesa que encontraron en las ruinas de Hiroshima. Todo muerto; y ella le estaba cantando a su muñeca.

Trataba de enseñarte que el sexo... el sexo no es más que una actividad, como cualquier otra cosa. No es sucio, no es más que dos personas jugando con el cuerpo del otro. Como el baile. Como un juego.

¿Por qué le quitas toda la vida a la vida?
¿Por qué matas toda la belleza?
Nunca tuve oportunidades. Por eso.

Es el modo de hablar lo que traiciona a la gente, no lo que dicen.

-Las cosas son tristes si tú las haces tristes - dije yo.

No es humano. Es un espacio vacío disfrazado de ser humano.