El diario de Anne Frank (novela gráfica)

En una crítica o reseña de un diario no se debería de hablar de calidad literaria o diversas opiniones acerca de su narrativa, ya que realmente el propósito de esta clase de escritos es desahogarse o incluso dejar constancia de lo acontecido. Por ello, me centraré más en los sentimientos que este libro me ha causado y en las reflexiones que ha dejado su lectura.

Bien es cierto que hay una gran controversia al respecto de que hubo manipulación en el diario de Ana Frank por parte de su padre, porque supuestamente le daba reparo el publicar ciertas cosas que su hija había escrito, pero más allá de eso, el texto que recoge esta edición y que llega hasta nuestros días está plagado de reflexiones preciosas.

Siempre había pensado que iba a pasarlo mal cuando leyera este libro, porque la imaginación vuela y Ana dejó constancia de una experiencia horrible en la que tuvo que confinarse sin hacer ruido con su familia y otra familia de amigos en un escondite más bien incómodo. A esto hay que añadir el peligro que había de ser descubiertos y llevados a un campo de concentración. No obstante, después de su lectura he podido sentir que lo que Ana quería no era escribir solo lo que estaba viviendo, sino usar su diario como una vía de escape. Y creo que el testimomio que recoge es por tanto mucho más preciado por la intimidad que refleja.

Las relaciones familiares, inestables a veces, la dependencia hacia los demás, el crecimiento físico y moral, son algunos de los temas que Ana trataba en su diario y que más me han calado al final de la lectura. No dejaba de ser una niña, pero estas reflexiones adquieren tintes adultos en muchas ocasiones, lo cual habla muy bien de Ana y su intelecto, pero también nos hace pensar si no era demasiado pronto para crecer.

Un libro mundialmente conocido, que todos deberíamos leer y recordar porque no deberíamos repetir un episodio similiar en nuestra historia.