Algo menos truculento que Los pilares de la tierra, casi tan adictivo y entretenido; esta segunda entrega sobre la Catedral de Kingsbridge nos va mostrando los encarnizados conflictos que se dan a la sombra de las sotanas y los hábitos religiosos, el tortuoso camino seguido por los seglares –comerciantes y ciudadanos de a pie- para imponerse al poder religioso y a la corona. le sobran algunas páginas pero ciertamente que logra su cometido: entretener.
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