La armadura de la luz

Nunca pensé que con Los pilares de la Tierra daría comienzo una saga que iba a contar con tantos libros, una precuela incluida. Y es que La armadura de la luz, publicada hace escasamente un mes, es la quinta y última entrega, pudiéndose leer de manera independiente. Una novela de ficción histórica que el autor ha querido dedicar a los historiadores y nos lleva de nuevo hasta la ficticia localidad de Kingsbridge, a finales del siglo XVIII, para acercarnos a los cambios de gran alcance que tuvieron lugar con la Revolución Industrial. de cómo influye en la sociedad y su lucha por adaptarse a la llegada del vapor en la industria textil, que era hasta ese momento totalmente artesanal y pasó a ser mecanizada. Todo ello con el trasfondo de la guerra contra Francia.
Ken Follett nos embarca en un emocionante viaje a un período convulso, de grandes cambios, con una duración de algo más de tres décadas, desde 1792 hasta 1824. El feudalismo ha sido abolido y la revolución industrial se extiende como la viruela. Mientras, Napoleón comienza un ambicioso plan para ascender al poder y convertirse en emperador del mundo. La política, la cultura y la religión de aquella época, así como la guerra en curso con Francia, que culminó con la Batalla de Waterloo, cobran vida a través de este libro estructurado en siete partes. Precisamente el bloque sexto, dedicado a esa famosa contienda, me ha parecido el menos interesante porque no me gusta la descripción de batallas y su lectura se me ha hecho interminable.
Seremos testigos de un cambio industrial sin precedentes que provoca mucho malestar entre los empresarios, la nobleza y la clase trabajadora. Inglaterra sigue siendo un reino con una aristocracia muy influyente, unos jueces con manga ancha para interpretar las leyes a su antojo y una poderosa iglesia anglicana. El descontento de los trabajadores, con unas condiciones de vida y laborales inhumanas, es generalizado. La muy estricta legislación antisindical intensifica aún más el malestar social, mientras una serie de nobles ávidos de poder restringen el derecho a la libertad de expresión y de educación, lo que amplía la brecha entre ricos y pobres, desencadenando una serie de conflictos.
La exhaustiva investigación llevada a cabo por el autor sobre este período de la historia británica es claramente evidente en la lograda ambientación. Consigue recrear el contexto histórico de finales del siglo XVIII con detalle, trasladando al lector a cada uno de los escenarios en los que tiene lugar la acción. La mayor parte de la novela transcurre en Kingsbridge, una ciudad que ha crecido alrededor de una catedral, aunque también hay cabida para otras localizaciones como España y Bruselas. A diferencia de las entregas anteriores, en este último libro da una mayor relevancia a los acontecimientos históricos y son los personajes las herramientas para conseguirlo.
Ken Follett nos presenta a un vasto friso de personajes que reflejan la diversidad social y política del momento. La historia sigue a un grupo de gente común y corriente que se verán afectados de distinta manera por los acontecimientos que cambiaron el mundo. Sin entrar mucho en detalle, estos han sido para mí los más interesantes: Sal Clitheroe y su hijo pequeño Kit que deberán abrirse camino ante la adversidad tras la trágica muerte, en un accidente laboral debido a una negligencia, del cabeza de familia; Amos Barrowfield, un joven pañero que inesperadamente debe hacerse cargo del negocio familiar en quiebra; Elsie Latimer, la hija del obispo empeñada en ponerse al frente de una escuela dominical para instruir y dar de comer a los niños más pobres; Spade, el dueño de una tejeduría que vende su género a las clases más altas; también tenemos al villano, una hiena más mala que un dolor de muelas que me ha sacado de quicio en más de una ocasión. Y una vez más, el autor ha querido destacar el papel desempeñado por las mujeres en los distintos conflictos que irán aconteciendo.
Sintetizando: La armadura de la luz es la quinta entrega de una saga ambientada en la localidad ficticia de Kingsbridge que merece la pena leer. Un emocionante viaje hasta los inicios de la Revolución Industrial inglesa, un período histórico con el que no estoy muy familiarizada, de ahí que esta lectura haya sido bastante didáctica para mí, y que los fanáticos de la ficción histórica disfrutarán especialmente.

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