Después de la frenética primera parte con El mentalista, este libro tiene un ritmo bastante más lento y excesivamente predecible. La historia es interesante y el libro es entretenido, pero desde mi punto de vista, le sobran la mitad de las páginas. Se centra más en la evolución de los personajes (cosa que es positiva, porque vemos un poco más de la vida del resto, no nos centramos solo en los protagonistas) y la acción y la investigación policial queda en un segundo plano. La historia de los crímenes me parece muy interesante, y tengo la sensación de que algo más vamos a leer en el siguiente libro. En conclusión, estoy esperando a que salga la siguiente parte, para ver como se cierran los temas que quedan pendientes, pero espero que el siguiente tenga un ritmo más ágil. |