La escritura. Es lo que utiliza la narradora para reconstruir la historia de su familia, y así poder hacerlo con la suya propia. Porque su vida, su infancia, su historia, está incompleta, le faltan piezas al puzzle, un poso de silencios, de palabras no dichas, de secretos, pesan sobre ella como una losa. Una foto familiar inesperada hace detonar lo que siempre ha estado ahí: un sentimiento de desarraigo, de no pertenecer a ningún lugar, de no encontrar nunca su sitio del todo. Y en una mezcla de ficción y realidad, entre hechos históricos espaciales y crónicas de astronautas, va dando forma a su propio relato. Lo ordena y reordena, rellena los huecos vacíos, descubre, interpreta, compara... Vuelve a él una y otra vez, desde diferentes miradas, desde su desbordante imaginación infantil, desde sus recuerdos y los de los demás. Y en ese intento de comprender y reconstruir crea uno de esos libros que se van metiendo dentro tuyo poco a poco, íntimo e introspectivo, bien construido, en el que no existe una realidad ni una verdad absoluta, de los que me gustan. He subrayado muchísimo, me ha hecho reflexionar, me ha emocionado, he aprendido, he descubierto un montón de curiosidades de la vida en el espacio... me ha parecido muy bueno. Había visto muy buenas opciones de Laura Ferrero pero aún no había leído nada de ella, y vaya descubrimiento. Voy a leer más de ella seguro. |