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Elena Ferrante ha vuelto a mi vida cuando más la necesitaba. Una pequeña alegría en este insólito 2020… Tenía marcado el 1 de septiembre de este año desde que me enteré que sería la fecha de publicación en España de su nueva novela y, como siempre, mi chico se me adelantó (R) Como con Lila y Lenù, volvemos a Nápoles, pero esta vez no a un barrio obrero de la periferia, sino a una familia burguesa de mediados de los noventa en la que la joven Giovanna se sitúa en el centro de este triángulo familiar. de nuevo, mediante el relato en primera persona de esta adolescente con una vida aparentemente perfecta, se va tejiendo una tela de araña de deseos, frustraciones, búsqueda de respuestas y heridas sin cerrar que te atrapa desde la inquietante primera frase del libro: “Dos años antes de irse de casa, mi padre le dijo a mi madre que yo era muy fea”. La búsqueda inocente de respuestas por parte de Giovanna a una enemistad entre su padre y su tía surgida décadas atrás, hará que todo estalle por los aires de la noche a la mañana. Los padres que creías conocer ya no lo son. Y en eso consisten los primeros pasos hacia la edad adulta: en buscar tu propia verdad -sin creerte a pies juntillas lo que te dicen tus progenitores-, en preguntarte quién eres y quién quieres ser y en aprender a equivocarte. Como siempre, #ElenaFerrante me conquista con sus historias y me atrapa con su prosa en ese afán siempre de “CONTAR”. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. |
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