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Con SE LLAMABA MANUEL, me estreno con el autor Víctor Fernández Correas. Autor al que, dado lo mucho que me ha gustado este libro, volveré sin duda. Agradezco a Rafa Pérez su reseña, gracias a la cual me decidí por su lectura. SE LLAMABA MANUEL es un thriller o novela negra con fondo histórico, incluso una novela costumbrista. Ambientada a principios de los años 50, retrata magníficamente la sociedad española de la época. Una España hipócrita y de doble moral, en la que se castigaba duramente lo mismo que se hacía de espaldas a la sociedad. Una España profundamente machista, con unos roles asignados a la mujer de los que aún a día de hoy nos es difícil desprendernos. El libro comienza con un magnífico y sobrecogedor prólogo, uno de los mejores inicios de novela que he leído, y que te deja esperando hasta el final. A partir de aquí, tres historias aparentemente inconexas, que el autor irá entrelazando a medida que avanzamos en la lectura. El cadáver del joven Manuel Prieto aparece en la Casa de Campo el día de Nochebuena de 1952. El inspector de policía Gonzalo Suarez se hace cargo del caso. Mientras, el teniente Arturo Saavedra negocia con los americanos el establecimiento de bases militares en España, negociaciones importantes tanto para los yanquis como para el régimen franquista. Y por último, tenemos a Marga Uriarte, una mujer a quien la vida ha endurecido, y que es requerida por el clandestino partido comunista para encargarle una investigación. La narración de Fernández Correas es muy buena. No solo por su prosa, sino por su forma de contar la historia, lo bien que ha ido dosificando la información, el ritmo con el que ha ido descubriendo los misterios para poco a poco, engancharnos en esta telaraña de historias, conectándolas, y creándonos la necesidad de seguir leyendo. También los personajes están muy bien desarrollados. Personajes variados a los que llegamos a conocer y a entender, aunque a alguno se le puede llegar a odiar sin esforzarse mucho. Una novela a la que no le falta ni siquiera su banda sonora, ya que las canciones de Machín, Jorge Sepúlveda o la portuguesa Amália Rodrigues te arropan durante su lectura. Totalmente recomendable. |
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