El aviador

Esta es una continuación de El Principito, escrita por Fernando Fedriani. Justo un par de semanas antes de saber que me iba a tocar este libro, me leí de nuevo El Principito. Puede que hayan pasado más de 20 años desde que lo leí siendo algo más que un niño. Sólo tenía recuerdos de la historia en general, de ciertos personajes inolvidables, entre otras cosas porque ya forman parte del imaginario popular y no es difícil encontrárselos constantemente por las redes, junto a algunas de las frases y reflexiones de Saint-Exupéry. Esta continuación, a la que cuesta no enfrentarse con escepticismo de primeras, hay que considerarla una muy digna secuela. Dignísima, diría. Creo que ha sabido rescatar el espíritu de El Principito, no sólo en el contenido sino en la forma, el lenguaje, el juego de palabras, la poesía. Y al igual que Cervantes jugaba con su segunda parte de El Quijote haciendo que se reflejase en la primera, El aviador es un espejo que mira a El Principito, trayéndonos de vuelta a todos los personajes, pero cambiándolos por el paso del tiempo, haciéndolos de alguna manera más maduros, aunque eso no siempre signifique hacerlos mejores. Porque de eso va este libro, de cómo la madurez, casi siempre, supone la pérdida de la niñez, y cuando dejamos de ser niños ya casi todo pierde su sentido. La novela creo que es más madura que su predecesora, más seria, más alejada y difícil para los niños que se acerquen a ella. Tiene un lenguaje algo más complejo. A los niños se les escaparán mil detalles, pero para los adultos creo que puede ser una gozada. Juega con eso, como El Principito: es un libro para adultos camuflado en uno infantil. Sin duda alguna lo recomiendo. Sean o no seguidores de El Principito, esta pequeña obra merece la pena ser leída y reflexionada.
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Uno de mis clásicos favoritos es el “El Principito”. Cuando me enteré de que el libro que me había tocado en la nueva edición de Masa Critica de Babelio era “El aviador” me alegré mucho, mucho. ¡Gracias infinitas Babelio!

Y es que me había quedado con ganas de más, de saber que había sido de la vida del Principito, que le había pasado tras su encuentro con la serpiente y que había hecho el Aviador tras el final de la historia ¿lo descubriremos en esta nostálgica secuela de la mano de Fernando Fedriani?

Al principio, empecé a leer el libro con cautela y tratando de controlar mis expectativas, porque superar o incluso igualar a Saint-Exápery es una tarea compleja. Pero he de decir, que ya solo ver la portada y la edición me hizo pensar que iba a merecer la pena.

Esta secuela guarda ciertas similitudes en la estética y la paleta de colores de “El Principito” y, aunque sus ilustraciones son bastante distintas, son preciosas y están llenas de encanto gracias al arte de Manuel Vaca.

En cuanto al estilo narrativo, la pluma de Fernando Fedriani también evoca el estilo del original, un cuento para niños con enseñanzas de adultos escondidas tras bellas metáforas. al igual que el Principito se iba encontrando con diversos personajes en su camino y nos invitaba a reflexionar sobre la vida… el Aviador, ya con una edad avanzada, emprende un viaje desde el Paris de la posguerra hacia el asteroide B-612. En cada parada por diversos asteroides nos va dejando pequeñas moralejas fruto de cada uno de sus encuentros con peculiares personajes.

Su viaje es un viaje sin retorno, hacia sí mismo, hacia su niño inter¬ior… en el que volverán a su vida el eco del zorro, la rosa, el baobab, la serpiente y, sobre todo, el eco de ese amigo al que tanto echa de menos, el Principito. Y junto a todos sus recuerdos, encuentros y reflexiones, podremos reflexionar también nosotros e, incluso, comprender mejor la primera obra, al leer esta segunda parte.

Sin duda, esta historia es una continuación a la altura de la primera parte que nos llevará de nuevo a perdernos entre las estrellas, a esperar las cuatro de la tarde desde las tres y a soñar con visitar el asteroide B-612. Un libro para saborear, para releer y para complementar al de Saint-Exupéry. Un libro para volver a ser niños y preguntarnos ¿el niño/a que fuimos estaría orgulloso/a de la persona adulta en que nos hemos convertido? Leedlo. Os lo recomiendo. Os encantará.

El aviador me ha parecido una lectura excelente, mejor si cabe que El principito. No puedo decir que sea mejor, ni mucho menos, quizás haya influido el momento en el que he leído uno y otro. En su día indiqué que El principito es un libro que se puede interpretar de diferentes formas según el momento personal en el que se lea, y pienso lo mismo de El aviador. Eso sí, antes de leer este libro es muy recomendable haber leído El principito, pues, en caso contrario, no se puede disfrutar ni la mitad.

Como el físico suele ser lo primero que nos atrae, empezaré comentando la portada. La de este libro me ha gustado mucho. Es muy sencilla, pero ilustra a la perfección su contenido, pues toda la historia se desarrolla en torno a un aviador. Las tonalidades utilizadas y el estilo de las imágenes son elegantes y denotan la sensibilidad que esconde en sus páginas.

En cuanto al contenido del libro, en él se narra el viaje del aviador que sufrió un accidente en El principito. Este personaje, cuyo nombre desconocemos, recorre diferentes asteroides buscando al Principito, pues un anciano le dice que el mundo lo necesita. En cada asteroide se encuentra con un personaje del que extrae uno o varios aprendizajes. Algunos de estos personajes aparecen en El principito, de ahí la conveniencia de haberlo leído antes. Entre ellos están: la rosa, el zorro y la serpiente, pero también un maestro, un hombre solitario que cuelga dibujos en un muro, un preso, un forzudo y un religioso, entre otros.

A la maravillosa prosa de Fernando Fedriani la acompañan las cuidadas ilustraciones de Manuel Vaca. de estas últimas he de decir que son preciosas, que las tonalidades utilizadas mantienen la tónica elegante y sensible de la pluma del escritor y que nos permiten viajar junto al protagonista y evadirnos del mundo que nos rodea.

En lo relativo a la edición, el libro se articula en veintisiete capítulos numerados y muy cortos. Los números están acompañados por una estrella y un círculo que entiendo que simula un asteroide. Además, cada capítulo se cierra con tres pequeñas estrellas. A esta cuidada edición hay que añadirle que las páginas están hechas con papel couché, lo que hace que no se ensucie fácilmente y que al tacto resulte más que agradable.

Si hay algo que valoro enormemente de un libro es el poder extraer citas de él. En el caso de esta lectura, no solo he conseguido recopilar muchas, sino que estas me han hecho reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos, sobre nuestros valores, sobre mi forma de dirigir la vida, sobre mis aspiraciones…

En definitiva, es una lectura superlativa, de esas pocas que me han dejado encantada, que valoro sin duda con la máxima puntuación y que no me cansaré de recomendar.

Reseña de El Aviador de Fernando Fedriani

RESUMEN

Todos hemos fantaseado con visitar el asteroide B-612. Sabíamos que el Principito había recibido la mordedura de la Serpiente y que se marchó para siempre. Pero, ¿murió en realidad? Por desgracia no hemos conocido hasta ahora cómo pudo envejecer el Aviador conviviendo con su ausencia. ¿Qué no daría él para volver a encontrarlo? ¿Se resignó a dejarlo partir? ¿Encontró la manera de llegar hasta su Rosa? Por todo ello, confluyendo con el 75 aniversario de la obra original, El Aviador continúa el relato para mostrarnos de qué manera quedó desolado el París postbélico. Frente a los contornos de Notre Dame y con el fuego extinto de los bombarderos, regresa hasta nosotros la pregunta más difícil de responder: ¿quién soy? Y eso supone contestar de manera indirecta a otra cuestión crucial: ¿quién es para nosotros el Principito? Las preguntas que no respondemos terminan siempre por regresar hasta nosotros. Por eso El Aviador es una epopeya nostálgica que, a través de una mirada tamizada por los últimos ecos del surrealismo, reinterpreta el sonido de las estrellas. El autor asume el reto de hacerte sentir el vértigo creativo que te contagió tu primera lectura de El Principito. Esta es, por tanto y tal vez, la segunda parte que Saint-Exupéry no pudo escribir. No en vano, viene salpimentada por su vida y de su angustia.

No me esperaba leer este libro, nunca imaginé que algún día podría leer una segunda parte o una historia que continuara un libro histórico. Cuando empecé a leer el libro, tengo que decir que fue en un vuelo largo, estaba en un momento tenso, y quizás no lo recibí de buena manera. Así que fueron pasando las páginas se podía ver entre ellas la esencia del Principito.

El final del libro no me lo esperaba, se veían pequeñas pinceladas en el viaje del aviador, pero es cierto que es un desenlace que el lector se puede esperar y a la vez no.

Recomendaría este libro porque el Principito siempre se ha vendido como un libro para niños con enseñanzas de adultos, pero El aviador es justo lo contrario, un libro de adultos que aún conservan su alma de niño.
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Para encontrar el significado a esta obra es necesario, al menos, conocer de que va la novela corta escrita por Antoine de Sainy-Exupéry y publicada en 1943 El principito. Se que casi todo el mundo la lee en el colegio o instituto, pero no fue mi caso, ya que la leí solo hace unos años.

En El Aviador el autor continúa la historia del protagonista, el piloto que sufre un accidente en el desierto, que una vez de vuelta a su tierra siente la necesidad irrefrenable de encontrar a su amigo el principito, ya que cree que sin él en su vida nunca encontrará las respuestas a las preguntas y dilemas de la vida.


En su búsqueda irá descubriendo el verdadero significado de las enseñanzas de su querido amigo y cómo las respuestas a sus preguntas se encuentran en su interior.

Esta historia conmovedora y didáctica viene acompañada de unas preciosas, coloridas y demostrativas ilustraciones que hacen más amena su lectura. El libro tiene una edición muy bonita y manejable, con un papel satinado y brillante, que me ha transportado con su olor y su tacto a la infancia, ya que es un papel parecido al que tenían los libros de lectura para el colegio que yo tenía cuando era pequeña.

Me ha gustado mucho conocer cómo continúa la historia que ya leí hace algunos años y me han parecido muy acertadas e ilustrativas las reflexiones y pensamientos que vamos compartiendo con el protagonista y que enriquecen aún más si cabe la experiencia de su lectura y mantiene el listón que dejó tan alto su obra inspiradora.

La narración está plagada de frases hermosas y con hondo significado, por lo que me ha parecido un libro mas juvenil que infantil aunque está recomendado a partir de los 9 años, y que incluso a los jóvenes lectores podría escapárseles parte de lo que el autor pretender mostrarnos con esta historia.

Si eres fan de El principito y te gustan las historias que te invitan a reflexionar sobre el signifcado de la vida y la amistad ésta es una historia que te fascinará.
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:Todos hemos fantaseado con visitar el asteroide B-612. Sabíamos que el Principito había recibido la mordedura de la Serpiente y que se marchó para siempre. Pero, ¿murió en realidad? Por desgracia no hemos conocido hasta ahora cómo pudo envejecer el Aviador conviviendo con su ausencia. ¿Qué no daría él para volver a encontrarlo? ¿Se resignó a dejarlo partir? ¿Encontró la manera de llegar hasta su Rosa? Por todo ello, confluyendo con el 75 aniversario de la obra original, El Aviador continúa el relato para mostrarnos de qué manera quedó desolado el París postbélico. Frente a los contornos de Notre Dame y con el fuego extinto de los bombarderos, regresa hasta nosotros la pregunta más difícil de responder: ¿quién soy? Y eso supone contestar de manera indirecta a otra cuestión crucial: ¿quién es para nosotros el Principito? Las preguntas que no respondemos terminan siempre por regresar hasta nosotros. Por eso El Aviador es una epopeya nostálgica que, a través de una mirada tamizada por los últimos ecos del surrealismo, reinterpreta el sonido de las estrellas. El autor asume el reto de hacerte sentir el vértigo creativo que te contagió tu primera lectura de El Principito. Esta es, por tanto y tal vez, la segunda parte que Saint-Exupéry no pudo escribir. No en vano, viene salpimentada por su vida y de su angustia.