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En verdad os digo que el final no compensa esta historia que a mí, particularmente, se me ha hecho infumable. La trama deshilachada y, a ratos, sin sentido. Los personajes son una mera aglomeración de estereotipos (el malo, el bueno, la chica, el amigo listo...). Y el desarrollo, penoso y falto de agilidad. No pasa nada si te saltas páginas porque casi todo es intrascendente. Los diálogos, en general, carecen de verosimilitud. Me han parecido una mala caricatura de lo peor que puede verse en televisión. Valga como ejemplo la frase previa a la quema del objeto y la posterior discusión en el despacho; de traca. Y no es que el relato deje cabos sueltos, va más allá: el que escribe parece buscar frases rimbombantes, "ya han desaparecido ocho niños..." para crear una expectación que muere ahí mismo, porque el efecto en la historia es igual que si hubieran desaparecido "ocho moscas"; inexistente. Ocurre algo parecido con la agresión final. Es una llamada de atención al lector, pero queda incompleta, sin resolución. La prosa resoluta que, sin duda, maneja el autor me ha quedado eclipsada por todo lo anterior. |
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Crítica de _Ana_
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