Playlist. Las Canciones de Mi Muerte

3.5/5 estrellas.

Playlist: Las canciones de mi muerte, por Michelle Falkoff, nos pone en un contexto en el cual Sam, nuestro protagonista, fue a una fiesta con su mejor amigo, Hayden. Algo sucedió —no sabemos qué—, pero tenemos presente que las cosas no fueron realmente bien para ninguno de los dos, y terminan peleando. Hayden se va a casa, solo, muy enojado y avergonzado. Ambos se dicen cosas hirientes, pero al día siguiente, Sam, queriendo arreglar la situación, termina encontrando a su mejor amigo muerto en su cama.

Por supuesto que está enojado, dolido y, más que nada, confundido, pues Hayden le ha dejado una lista con 27 canciones para que él escuche y, de esta manera, intente entender por qué se suicidó.
¿Logrará Sam descifrar qué se oculta detrás de cada canción?

Okay, para empezar, cuando este libro arrancó ya con la muerte de un chico por suicidio, me pegó muchísimo y dije “no, no puedo leer ésto”, y lo dejé.

Después, simplemente impulsada porque tenía que leerlo sí o sí, lo retomé y no fue lo que pensaba, y también me di cuenta de que se acercaba a mi realidad más de lo que imaginaba.

Porque fue diferente. En lugar de centrarse en la persona que ya no está y el por qué tomó la decisión de acabar con su vida, nos enfocamos en las personas que quedaron atrás, las que la amaban y no dejan de culparse por su muerte.

Vamos apreciando el duelo de Sam, su crecimiento como persona y las nuevas relaciones que va construyendo. Y me di cuenta de que era como yo, con un suicidio cercano difícil de sobrellevar, sin poder superarlo, con la cabeza constantemente dándole vueltas al “¿por qué?”, entonces agradecí muchísimo que se centrara en las distintas vivencias de los personajes en sí y no en la decisión de Hayden.

Generalmente evito libros que traten el tema del suicidio porque mi día a día es una batalla constante contra la depresión y aún no se cumplió siquiera un año desde que estaba tan cansada que quise acabar con todo, entonces son lecturas que tienden a hundirme mucho más. Pero puedo asegurarles con toda certeza que este libro es la excepción, pues al tenerlo como tema principal lo maneja de una manera tan sutil que no pone mucho peso emocional en el lector.

Por otra parte, tenemos varios personajes agradables, bastante bien construidos que nos van presentando sus historias personales pero, lamentablemente, no pude hacer “click” con ninguno.
Tenemos al trío que acosaba constantemente a Hayden, a Astrid, la chica misteriosa que aparece luego de su muerte y sabe más de lo que Sam esperaba, y a los mejores amigos de esta.

A medida que la lectura iba avanzando, con cada nueva cosa que descubríamos de los personajes pensé que ya tenía el misterio resuelto, pero al final resultó ser que no, y eso que la autora nos va dejando varias pistas para que lo descubramos o mínimo nos hagamos una idea de ello.

Sin embargo, cuando realmente sale la verdad a flote no me sorprendió tanto, sino que más bien me decepcionó, pero bueno, que iba sumando muchas cosas buenas, pero está bastante bien para ser una novela debut. .
Lo que no me gustó para nada es el romance. Absolutamente insulso, un instalove con todas las letras, y sin mucho sentido, la verdad. No me convenció ni un poquito.

Y entre las cosas que me gustaron, tenemos toda la cultura geek. Michelle realmente sabe sobre lo que escribe, y en cuanto a mí, me hizo sentirme totalmente cómoda y en mi zona de confort.

En cuanto a la playlist en sí, a ver, ¿qué función se supone que cumple? No quiero decepcionarlos, pero son los amigos de Sam quienes le ayudan a descubrir la razón, no las canciones, o capaz yo soy muy lenta y ni siquiera fui capaz de encontrar los mensajes allí escondidos a pesar de que nuestro protagonista nos lleva junto a él a medida que los va analizando.
Lo que sí, cumplen un papel hermoso en cada comienzo de capítulo, y la mayoría son de mis canciones favoritas.

El final me gustó mucho. Fue poco convencional y me tuvo los últimos capítulos secándome las lágrimas.

En resumen, me gustó, a pesar de que fue doloroso por toda la carga que llevo estos últimos años, pero me ayudó a pensar las cosas de otra manera.

Es un buen libro para pasar el rato, con una lectura que nos mantiene atentos todo el tiempo, así que, sí, lo recomiendo.
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