Naim lleva dieciseis años muerto paseando por los tejados y viendo personas morir. Él junto con otros son los llamados "recos" , personas que han dejado la vida por voluntad propia. Todos van viendo morir a otros hasta que recuerdan su vida y pueden pasar por fin las puertas doradas. El problema es que Naim nunca consigue pasar, pero todo cambia cuando Claudia muere, una chica que ha visto desde que nació y por quien siente una conexión extraña. El problema vendrá cuando sólo uno de ellos pueda recordar su vida y el otro quede anclado entre los anónimos, los que jamás recordarán nada. Es un libro finito y ágil que se lee muy bien. Es una historia muy original, nunca había leído nada parecido y eso me ha encantado. Los personajes son interesantes, desde el ángel que los protege que siempre está rodeado de misterio tanto como Claudia y Naim. El giro que da al final y el porqué de su conexión me ha encantado, no me lo esperaba. Es una literatura ideal para los jóvenes pero que también disfrutarán los adultos. Trata un tema delicado de una forma respetuosa y demuestra que la vida merece vivirla y que luchar por lo que quieres merece la pena. |