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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
08 November 2021
La Biblioteca de Carfax es de esas editoriales muy presentes en mis lecturas anuales (tres son ya los libros suyos que he leído este año) y también suele aparecer en mis semanas especiales de Halloween, pero dado que este año he decidido no hacerla, me alegra muchísimo que el proyecto de Reseñas Cruzadas me permita hablaros de una de sus publicaciones. El libro que hemos escogido es la antología de relatos La máscara de la muerte y otras historias, de la escritora británica H. D. Everett, y aunque va a ser una reseña cortita, espero poder transmitiros lo mucho que me han gustado la mayoría de los relatos que incluye.

Os diría que es Everett es una autora inédita para mí, pero lo cierto es que hace unos meses leí un relato suyo incluido en la antología Cuentos de brujas de escritoras victorianas. Ese relato era La bruja del agua, que también aparece en el libro que hoy os traigo, pero por lo demás, y aunque había oído hablar de ella, es una autora bastante nueva para mí. Y no es de extrañar, porque no solamente se sabe poco de ella sino que su obra apenas está traducida al castellano (como la de tantas otras escritoras de la época). Sí se sabe que empezó a escribir ya bien cumplidos los cuarenta años y que en apenas catorce llegó a publicar más de veinte novelas de temática muy dispar; lo mismo se adentraba en la novela histórica que se acercaba a la temática sobrenatural que flirteaba con la ciencia ficción. Aunque buena parte de ellas fueron publicadas bajo el seudónimo de Theo Douglas (no fue hasta 1910, trece años antes de su fallecimiento, que se desveló su identidad), La máscara de la muerte y otras historias sí fue publicado con su verdadero nombre en 1920. Muy conocida en su tiempo, autores como M. R. James y Lovecraft cantaban alabanzas sobre ella (este último en un ensayo que justo hace poquito me regalaron, El horror sobrenatural en la literatura), y de hecho vivió de manera muy holgada gracias a los ingresos que percibía por sus libros. ¿Por qué ha quedado en el olvido el nombre de H. D. Everett? Pues eso me pregunto yo sobre muchas autoras que no sobreviven a la escabechina temporal literaria, y las causas son muchas, pero no es ese el tema que nos ocupa. Yo hoy vengo a hablar de mi libro.

La máscara de la muerte y otras historias contiene nueve relatos en total que no solo comparten su temática fantasmagórica y sobrenatural, sino que se mueven por terrenos similares y comparten puntos en común muy apegados no solo a la presumible vinculación de la autora con Escocia, sino a la época en que fueron escritos y publicados.

Los fantasmas forman parte del folclore escocés y, de estar en el ánimo del turista, se pueden hacer rutas por Escocia en pos de fantasmas de todo tipo y condición. Por eso no resulta extraño encontrar muchos relatos góticos clásicos ambientados en Escocia, ya sean casas encantadas, bosques embrujados, las Highlands hechizadas o lagos con unos habitantes un tanto sobrenaturales. Pero ya no solo son tierras aojadas por los espíritus, sino que los propios escoceses tienen fama de supersticiosos y de creer en apariciones, fantasmas, facultades paranormales y avisos de cualquier tipo que anticipen la muerte de alguien o, pro el contrario, intenten evitarla. Con todos estos antecedentes, nada más fascinante que una Escocia sobrenatural, y aunque Margaret Oliphant es mi autora favorita en este terreno (la he traído ya varias veces al blog con lo poquito de su obra que está traducido... la misma historia de siempre), Everett también se me ha descubierto como una autora a tener en cuenta en este aspecto y, de hecho, mi relato favorito de todo el libro, Los gaiteros de Mallory, está ambientado precisamente en las Highlands escocesas. Se dice en la breve biografía de la editorial que se cree que la autora nació o vivió en Escocia dada su especial vinculación literaria con ese país, pero ni siquiera eso se sabe seguro sobre ella. Sea como sea, y aunque quizás su prosa no es tan evocadora ni tan atmosférica como la de Oliphant, sí desprende ese ambiente sugerente y firme que no pone en duda en absoluto la existencia de lo paranormal y que por ello no pretende explicarlo en modo alguno, sino que, como diría aquel, así son las cosas y así se las hemos contado.

Pero sobre esto volveré luego. Ahora quiero hablaros de la otra característica predominante en muchos de los relatos: la guerra. Y es que, tal y como digo arriba, el libro se publicó en 1920, dos años después del fin de la Primera Guerra Mundial, y los vestigios de la contienda son casi un personaje más en varios de los relatos. Aunque todos difieren entre sí y cuentan historias muy diferentes, al menos cuatro de los relatos tienen lugar durante la guerra (y para mí dos de ellos son de los mejores de la compilación, el ya nombrado Las gaitas de Mallory y El teléfono). Todos representan en mayor o menor medida las características ya nombradas anteriormente del imaginario supersticioso sobrenatural, pero más allá de eso, resulta innegable la época a la que pertenecen, unos años en los que Gran Bretaña se vio supeditada por entero a una contienda que ellos presumían al principio breve y trivial y que sin embargo truncó las vidas de más de dos millones y medio de soldados británicos (entre muertos, desaparecidos y heridos). Soldados en batalla, soldados de permiso, soldados licenciados, soldados enamorados... todo eso tiene presencia en los relatos, pero también vemos a las mujeres de la guerra, ya sea como víctimas de ella o dando visibilidad a las que se incorporaron al mercado laboral o actuaron como voluntarias.

Así pues, si recopilamos, ¿qué tenemos en La máscara de la muerte y otras historias? Pues tenemos fantasmas de todo tipo, guerra de fondo, algunas casas encantadas, alguna familia maldita, espíritus buenos que quieren proteger de desgracias, espíritus malos de esos que rezuman mala leche, espíritus que simplemente avisan y ahí te las compongas... sin querer ir más allá, de todo un poco. Y llegados a este punto tengo que hablar de otro denominador común, y con ello retomo lo que os decía un par de párrafos atrás: no busquéis explicaciones a los fenómenos paranormales en ninguno de los relatos. Y esto os lo comento porque sé que hay lectores que necesitan que se les explique el porqué de la aparición, o por qué hace lo que hace, o qué pasó después de tal y pascual... No, Everett no estaba interesada en eso. La estructura de sus relatos se basa primordialmente en la exposición de los hechos y, una vez narrados, suele ponerle fin sin más fanfarria. No está interesada en ofrecer pruebas ni en buscarle un sentido al hecho sobrenatural que narra (que está ahí sin más y así hay que tomarlo), sino que lo suyo es relatar cuadros: tengo esta escena y estos personajes dentro del marco y os voy a contar lo que les pasó; lo que ocurra más allá de lo que se ve en esos trazos no es de la incumbencia del lector, por mucho que sí sea de la incumbencia del personaje... si eres capaz de percibir todo lo que esconde, bien; si no, también.

Os pongo a modo de ejemplo una cita extraída de uno de los relatos, El pequeño fantasma de Anne, que parece toda una declaración de intenciones de la autora y sirve para resumir su forma de contar sus historias:

"Recuerdo una cosa que me dijo un amigo creyente con el que una vez discutí de asuntos psíquicos: «Siempre sé como distinguir una historia de fantasmas verdadera de una falsa. La verdadera nunca tiene un sentido, y la falsa siempre se empeña en proveerte de uno». Esta historia mía de fantasmas, aunque no es falsa, sí que tiene un sentido, pero puede que sea uno que el lector pase por alto y yo no insistiré en ello."

A todo esto, apenas os he hablado de los relatos en sí mismos, ¿no? Tampoco quiero hacerlo porque son muy cortitos y en este tipo de historias, cuanto menos sepáis, mejor, así que me limitaré a deciros que, curiosamente, el que menos tilín me ha hecho es el que da título al libro, La máscara de la muerte, que tiene como protagonista a un hombre viudo, y no porque no me haya gustado, sino porque comparado con los demás, pues no brilla (pero vamos, que si es el que da título al libro seguramente sea el más famoso... yo es que voy siempre a contracorriente, ya lo sabéis). Por otro lado ya os he nombrado como favoritos Las gaitas de Mallory (gaitas, Highlands, maldiciones... marvellous!!) y El teléfono (que, aunque previsible, no deja de estar muy bien contado y de hacer una alusión muy velada pero valiente a algo que sufren muchas mujeres en conflictos bélicos). El camino solitario es un relato muy sencillo pero, para mí, muy tierno, y tiene un protagonista que lo hace muy especial. Los dedos de una mano me ha hecho buscar en Google una y otra vez a ver si está basado en hechos reales y no he encontrado nada... tengo que seguir buscando. ¿Qué me queda? El pequeño fantasma de Anne, del que os he puesto una cita arriba; La bruja del agua, que como ya os he comentado leí hace unos meses en una antología dedicada a las brujas (no tiene nada que ver con brujas, como tantos otros en esa antología... es una historia de fantasmas); La cortina carmesí, que está narrada en dos tiempos, con su protagonista siendo un niño y luego veinte años mayor viviendo el mismo fenómeno paranormal; y La pared susurrante, que va de casas encantadas y algo más que no os puedo contar.

En definitiva, me ha gustado mucho La máscara de la muerte y otras historias, ya sabéis que las historias clásicas de misterio, fantasmas, etc... me pirran, pero los árboles no me impiden ver el bosque y sé que a muchos lectores actuales les cuesta despegarse de su visión contemporánea del terror y el miedo y en este tipo de relatos no ven nada que les interese porque están acostumbrados a sensaciones mucho más fuertes, a tramas mucho más elaboradas o a escenas que buscan impactar y epatar. Siempre os digo lo mismo, eso está muy bien, pero sin estos relatos clásicos no existiría el terror moderno, y nunca está de más acercarse a las bases del género y descubrir de donde viene todo. de todos modos cada cual sabe el tipo de lectura sobrenatural que le gusta leer y, si sois de los miedosos, entonces sí que os recomiendo este tipo de relatos. Hay fantasmas, pero no son de los que ponen los pelos como escarpias... o al menos no lo hacen siempre :)
Enlace: http://inquilinasnetherfield..
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