El género chico

El teatro lírico español, al que titulamos genéricamente «zarzuela» siempre me ha interesado. He escuchado y conozco la mayoría de las obras de este género que siguen en el repertorio habitual: las grabaciones de los años cincuenta del malogrado Ataúlfo Argenta y las de Moreno Torroba y Pablo Sorozábal. Había leído ya un libro muy bueno sobre el tema de la zarzuela: «El siglo de la zarzuela 1850-1950» de José Luis Temes, que es muy clarificador y recomendable a cualquier aficionado al género lírico hispano.
Este nuevo libro me ha resultado muy interesante pues aborda el tema desde un punto de vista más sociológico. Destacaría el capítulo titulado «Una mirada extranjera» que recoge opiniones de Leon Trotsky, de Nietzsche y de Camille Saint-Saëns. La lectura de este libro me conducirá sin duda a la del librito de Trotsky sobre nuestro país titulado «Mis peripecias por España» editado por «Reino de Cordelia» en 2012.
Son de utilidad las referencias a vídeos de Youtube de fragmentos zarzuelísticos y los análisis más bien socioliterarios de determinadas obras como «Los cadetes de la Reina» de Pablo Luna, ejemplo de opereta típica con «toque revolucionario» que debería haber interesado al ínclito Leon Trotsky.
Me ha interesado especialmente el último capítulo dedicado a la relación de Pío Baroja con el género chico. Extrae fragmentos de sus memorias «Desde la última vuelta del camino» y de alguna de sus novelas para explorar la opinión que tenía don Pío del género zarzuelístico. La conclusión es clara: Baroja era sensible a la música y le encantaban los «magníficos» Bellini, Donizetti y Verdi y a la vez el popular Federico Chueca (lo que no es incompatible). Además colaboró con el último y para mí uno de los más grandes autores de nuestro teatro lírico: Pablo Sorozábal. Escribió el libreto de la maravillosa «Adiós a la bohemia», que tiene mucho de la visión de amargo realismo de Baroja tamizado con la sensibilidad de Sorozábal.
Es de destacar también la magnífica edición llena de material fotográfico de la época muy bien elegido y a propósito siempre del texto (carteles, portadas de partituras, fotografías y cuadros de pintores como Sorolla, Regoyos o Rusiñol). La referencias bibliográficas aparecen muy claramente detalladas en el texto a efectos de su localización indicando nombre del autor, fecha del libro citado y página, además al final del libro se ofrecen 11 páginas de bibliografía. Estamos por tanto ante un ensayo muy bien documentado y serio además de ameno y entretenido.