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Este es un libro que empieza fuerte, como a mí me gusta. Tenemos dos muertes que debemos describir si hay relación entre ellas y en tal caso, cuál. Todo eso acompañados de las cuatro hermanas que nos llevarán por las calles de Santiago de Compostela. No he visitado nunca la ciudad pero he sentido que la conocía a través de sus páginas y nada es tan agradable como un viaje sin moverte del sofá. Adoro a esos autores que consiguen que sus lectores sientan que pisan las calles de la ciudad en la que ocurren los hechos de su novela. A pesar de que me ha encantado encontrar un buen puñado de clichés he sentido que la trama no tenía la evolución que cabe esperar. Me explico: tenía la sensación de volver atrás una y otra vez. Siento decir que esta novela me ha parecido que iba de más a menos en lugar de al contrario que es lo que suele mantener atrapado al lector. Como decía anteriormente, creo que lo que me ha hecho disfrutar de la novela ha sido la ambientación que ha llenado las carencias que ha dejado la trama. He sentido también que algún personaje se me quedaba vacío, no al completo pero sí sin la chispa que me hubiera gustado ver. Las hermanas tienen altibajos en ese aspecto durante toda la novela pero, de todos modos, me han gustado. A veces pienso que leer tanto thriller me vuelve demasiado exigente. |
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