El secreto de las hermanas Asorey

Llego con la primera novela de la gallega Marta Estévez, El secreto de las hermanas Asorey, una historia que a priori tocaba mi fibra sensible porque nos traslada al Santiago de Compostela, mi ciudad natal y vital, de los años 30 inmediato a la declaración de la II República española. Una novela costumbrista, con toques de thriller y policial, que atrapa desde la primera página intentando descubrir el secreto de estas hermanas.

Parto de que la contextualización social y la ambientación es exquisita, la autora te lleva de la mano por las calles de Santiago, sus diferentes barrios, sus costumbres, sus gentes, dejando ver la problemática de las clases sociales y la cultura inherente a esta ciudad milenaria. Notas la lluvia y humedad en tu piel, los olores y sabores de una ciudad que llevo muy dentro. La forma de narrar es muy bonita también, ágil, lírica, una novela que denota cómo la autora ha disfrutado con su creación.

Respecto a la trama, arranca fuerte, misteriosas muertes y su posible relación entre ellas, con el contexto político de fondo y cuatro protagonistas femeninas potentes, las Asorey: Tilde la hermana mayor, en su papel protector; Tea como visualización de los trastornos mentales; Eloísa, rebelde y feminista y Celia, la más sometida al convencionalismo social, que solo busca casarse y aparentar.

Sin embargo, el problema para mí ha sido que el misterio y gran secreto se me ha quedado en agua de borrajas, una novela que comienza con gran potencial, pero que se enmaraña continuamente en las mismas ideas con un final surrealista que no da la talla. Los personajes no tienen profundidad, sus actos acaban siendo caóticos e incomprensibles y sus personalidades llenas de clichés.

Historia que lo tenía todo para quedarse en el corazón, sin embargo, no ha cumplido con mis expectativas y en líneas generales se ha llevado mi aprobado raspado. A pesar de mi opinión totalmente personal, estamos ante una novela que ha recogido buenas críticas, por ello, que esta reseña no os haga cambiar de idea si os llama la atención. Lo bonito de todo esto es la diversidad de gustos y enfoques para poder contrastarlos y disfrutar de la literatura, que es lo más importante.