Se trata de una novela muy bien documentada sobre el tráfico de drogas y sus tentáculos, que alcanzan a algunas instituciones, a los servicios secretos y al poder. El narco, Moroloco, habla en primera persona, lo que nos ofrece su punto de vista, sumamente interesante. La novela es amena, sorprendente y de final inesperado. Arranca algunas sonrisas y enseña un aspecto de la delincuencia que ocurre en España y que los propios españoles ignoramos. También profundiza en la vida interior de los protagonistas, a veces tortuosa, enriqueciendo el perfil de los personajes y haciéndolos verosímiles. En definitiva, una novela bien escrita que dibuja una perspectiva casi desconocida de la delincuencia patria y que me ha hecho pasar unas horas formidables. |