Donde no haya niebla

Mitsborn, 1980.

Nessa lleva toda su vida escuchando los pensamientos de los demás, ella lo llama "ruido", y le encantaría dejar de sentirlo. Después de que sus padres cambiaran varias veces de residencia, finalmente decidieron instalarse en Mitsborn, donde también vive Roy, un joven latinoamericano que sufre constantemente el abuso de compañeros racistas y maltrato por parte de su padre. Nessa, quien se siente prisionera en su propia casa después de años huyendo de no sabe quién y de tanto misterio por parte de su madre, y Roy, que no aguanta más la situación en la que vive; deciden viajar a Haney, un lugar que promete ser la solución a todos sus problemas. En el viaje conocerán a Eric, un chico que, detrás de su pinta de gañán charlatán, esconde algo muy oscuro. Juntos, nos harán reír y llorar durante todo su viaje por tierras desconocidas.

Esta secuela de "aunque llueva fuego" ha tenido una trama menos interesante que la de su predecesor, sin embargo, en este libro sucede algo que me toca desde muy cerca y ha conseguido llegarme muy dentro y sacarme las lágrimas. Por lo que, una vez más, vuelvo a adorar la pluma de Beatriz.(L)