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Bree y su madre, buscando alcanzar un poco de paz luego de la muerte de su padre, regresan a la casa del pueblo. Esta no le dio el recibimiento esperado, ya que sucedieron una serie de situaciones paranormales de la cual solo se veía afectada Bree, desde encontrar escritas con sangre las paredes, hasta descubrir que podía hablar con muertos. Sucesos que cobran sentido dentro de su cabeza. Tiene un inicio que promete, pero se desinfla rápido, adquiriendo un ritmo lento hasta que un giro hace la lectura más llevadera. Lo sentí demasiado repetitivo y me sobraron páginas. No logré empatizar con ninguno de los personajes. Fue una lectura superficial en la cual no logré sumergirme. |
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