La última astrónoma

-Es la brújula del dibujante -digo con suavidad -. La herramienta que utilizaban los arquitectos. Por eso le pusieron ese nombre a la constelación del Compás-. Me imagino la ristra de estrellas en el cielo nocturno, tenues, distantes pero únicas en su patrón paralelo. El primer Arquitecto levaba el símbolo, el emblema.

La tristeza es como una serpiente que se enrosca en el corazón.

-Las estrellas gemelas aparecieron en el cielo hace ocho días -. anuncio con voz firme, oscilando entre las palabras como un acertijo que nació con mis huesos-. Tova y Litha se alzaron sobre el horizonte oriental y ahora necesito encontrar al Arquitecto. Tengo que llegar hasta el mar, hasta el confín de todo, mientras las dos hermanas siguen visibles -Hago una pausa y suelto el aliento-. Me estoy quedando sin tiempo.

Tal ve si hubiera creído en el destino, si hubiera escuchado a su instinto -ese vacío que se retorcía en el fondo de su ser-. puede que habría tenido lo que no entendía.
Puede que habría sabido que la sombra escondía más que polvo y particular de lunas rotas.