A partir de un resultado negativo para el SIDA, Annie rememora el resultado de otro análisis en su juventud, esta vez positivo: estaba embarazada. Tenía veinticuatro años y estudiaba filología en la facultad de letras de Ruán. Segura de que no quería tenerlo, empezó a buscar ayuda para abortar; en una carrera contrarreloj, se enfrentó sola a la incomprensión y al miedo en la Francia de 1963. Escribir la historia le sirve para explicarse y explicar todas las emociones experimentadas y conjurar un pasado que sigue viviendo y sintiendo. Critica la moral de la sociedad de la época que provocaba la clandestinidad de las personas que colaboraban en esa situación y también la diferencia de atención que sufre ella misma al ser universitaria; lo que hace preguntarse dónde está la ilegalidad: en el aborto o en quién aborta. Una obra para reflexionar sobre la situación de hace sesenta años que, lamentablemente, en unos países se mantiene y en otros se está recuperando. |