No me gusta mi cuello: y otras reflexiones sobre el hecho de ser mujer

Me fascina cómo Nora Ephron puede coger un hecho tan absurdo y cotidiano como no encontrar nada en los bolsos o una mudanza y convertirlo en una anécdota graciosísima que hace que al leerla no pueda aguantarme las ganas de decirle “ya, tía, yo igual”. Y este libro ha sido un “ya, tía, yo igual” constante, excepto por el hecho de tener 60 años, tener hijos, vivir en Nueva York, ser una escritora y guionista de éxito, comprarme un piso… Pero es que, Nora Ephron tiene una facilidad de palabra que te hace conectar con absolutamente todo lo que escribe, aunque aparentemente sea un tema que no te interesaría para nada.
Y, sorprendentemente, No me gusta mi cuello me ha gustado muchísimo más que No me acuerdo de nada, que no me terminó de convencer y en ocasiones me pareció un poco presuntuoso y pedante. Pero en este caso ha sido una delicia leer sus consejos y recuerdos de manera tan simple, directa y honesta.