 |
Hay veces que un libro no es lo que esperabas y te decepcionas, y otras, que resultan una grata sorpresa. Bien, pues este es de los segundos. Empecé Una lección de amor con la ilusión de leer un romance de época al más puro estilo Julia Quinn, pero no fue así. La historia no nos cuenta una historia de amor como tal, sino el resurgir de la pasión y el nacimiento de una familia. Emmeline y William son amigos de la infancia que, por conveniencia de ambos, terminan casados. Ella quiere mantener la casa de su niñez y él, conseguir el éxito en su carrera. Tras intentar ser padres sin éxito, caen en una rutina que los convertirá en extraños hasta que una invitación de cumpleaños y una mentira, lo hace saltar todo por los aires. Emmeline y William se ven involucrados en la vida de George y Rose, dos huérfanos que tendrán 8 semanas para convertir en pequeños aristócratas y que darán un vuelco a sus vidas. Emmeline y William se redescubren durante estas semanas de convivencia y, sin querer, se enamorarán de los dos pequeños ladronzuelos que nos van a dar momentos de carcajada con sus ocurrencias. Reconozco que me ha faltado chispa entre la pareja principal y que algunas situaciones me han resultado forzadas, pero me ha compensado lo divertido que es, lo que engancha y que te deja con una sonrisa. Lo leí ayer prácticamente del tirón y la verdad es que si no buscáis salseo y simplemente os apetece un libro que os entretenga y divierta con su puntito de romance y cliché found family, recomendado. |
>
